Conocer a los muchachos de Study Networks fue para nosotros una inquietante
reunión. Luego de mucho averiguar y buscar agencias de estudios en el exterior,
encontramos que Study Networks buscaba ofrecernos las ofertas más competitivas
del mercado; inclusive, abriendo nuevos acuerdos con escuelas que hasta el
momento no tenían en su portafolio. Nos mostraron que, con la intención y el
deseo de hacer las cosas, se pueden alcanzar los sueños.
Tuvimos en nuestras manos muchas opciones, pero fue la cercanía
y la preocupación de los muchachos por nosotros, la que nos impulsó a iniciar
nuestro camino hacia un mundo sin fronteras con ellos.
Planeamos nuestro proceso para viajar a Brisbane, Australia y
luego de haber elegido la escuela y el destino, surgió una oportunidad
increíble durante la compra de los tiquetes. Nueva York y Dubái, serían
nuestras paradas antes de llegar a nuestro anhelado destino. Nueva York estaba
en nuestros planes, porque una de las paradas comunes es la capital del Mundo,
sin embargo, Dubái, leyeron bien, ¡Dubái!, jamás en la vida nos imaginamos
poder disfrutar de sus paisajes, su cultura y su gente. Fue una aventura
increíble para nosotros, que por la voluntad de Dios nos llevó a disfrutar de
la magnificencia de su creación.
Lo decimos porque tuvimos la fortuna de contar con su bendición
antes de salir del país; ante Dios nos comprometimos para convertirnos en uno.
Y como anillo al dedo – literal-, nuestro viaje resultó ser una maravillosa
Luna de Miel, con paisajes y momentos románticos, culturales, exóticos e inimaginables.
En Nueva York nos enamoramos de la magia del Central Park, de la
grandeza del Empire State y de la Elegancia de la Estatua de la Libertad, que
con su mano en alto nos recordaba que sólo quien mantiene la luz viva de sus
sueños y lucha por ellos, logra alcanzarlos para proponerse unos nuevos.
En Dubái, la grandeza de sus edificios y de toda su
infraestructura es muestra fiel de que el trabajo disciplinado y dedicado tiene
frutos a largo plazo que florecen en riqueza cultural. La ausencia de recursos
naturales no ha sido impedimento para desarrollar una ciudad en menos de 30
años y convertirla en una de las de mayor crecimiento en los últimos años.
Ya en Brisbane, las cosas siguen mostrándose de una manera
distinta, pero amable. Una ciudad sin prejuicios, abierta y que invita al
estudiante a no quedarse quieto y buscar mejores oportunidades. Es una ciudad
organizada, estructurada y con mucho que ofrecer. Ahora nos queda la tarea de
conocer los koalas, canguros, ballenas y toda esa magia animal que caracteriza
este país continental. Toda una inmensidad por recorrer, con oportunidades por
atrapar para crecer y construir en nuestros seres mejores personas, ciudadanos
y seres humanos.
Gracias por el apoyo,
Juan Y Andrea